El pensamiento
crítico ha sido discutido por la Psicología, la Filosofía y la Educación, de
allí su dificultad para definirlo, medirlo o enseñarlo. La expectativa para
aquellos que pretenden dar respuesta a los anteriores descriptores, es el rasgo
característico del pensamiento crítico de ser verificado por la experiencia.
Por su parte, Ennis (1987) lo plantea en términos de desarrollar competencias
argumentativas específicas y no tanto conocimientos específicos sobre un tema,
para pensar o decidir qué hacer.
Paul (2008) al
hablar del pensamiento crítico, lo plantea como una forma de pensar sobre algo,
en la que el pensante mejora su pensamiento, al contrastar su pensamiento con
estándares intelectuales. Desde esta perspectiva, se puede hablar de una
metacognición por parte del pensante, en la que evalúa sus pensamientos en
términos de eficacia y calidad, en clave de la pertinencia retórica de sus
argumentos y los estándares intelectuales, los cuales están enmarcados según el
autor el pensamiento crítico busca
responder una pregunta a un otro imaginado como ideal. (Carvajal, 2017)
El pensamiento
crítico es la habilidad de pensar clara y racionalmente. Pensar críticamente es
reflexionar sobre cosas de manera independiente. A medida que avanza en la
escuela, el pensamiento crítico se vuelve cada vez más importante. Un pensador
crítico puede deducir y llegar a conclusiones a partir de lo que ya sabe,
utilizar su conocimiento actual para llegar a conclusiones e identificar
fuentes de información relevantes para ampliar su conocimiento actual.
Sin duda, uno de
los propósitos centrales que en la actualidad en los campos de la educación y
la pedagogía es la formación de pensamiento crítico que implica un aprendizaje
activo y significativo donde se construye significado por medio de la
interacción y el diálogo para desarrollar la curiosidad, el cuestionamiento, la
reflexión y el aprovechamiento de conocimientos con el fin de tomar decisiones
y ofrecer soluciones. Además, se motiva al estudiante a analizar desde varias perspectivas, a
argumentar y sustentar las ideas; como también a identificar implicaciones,
causas y efectos de un problema. Se Implementar estrategias para fomentar el
pensamiento crítico en el aula en las diferentes áreas implica que el
estudiante. No sólo aprenda sobre Ciencias, sino que aprenda a resolver
científicamente problemas, el estudiante debe sentir que en la clase, puede
expresarse libremente y con la orientación pedagógica necesaria.
En este contexto,
el rol del docente es el de facilitar procesos de enseñanza – aprendizaje,
crear puentes entre conocimientos previos y nuevos, incentivar el planteamiento
de preguntas que inciten a la reflexión y a la investigación con el fin último
de que sus estudiantes sean autónomos en su desempeño, para discernir lo que
les permitirá acceder a la información de manera crítica, investigar, aprender,
analizar, experimentar, revisar, autocriticarse y auto-corregirse para
continuar aprendiendo sin necesidad de directrices externas. Además, disfrutar
de la lectura y leer de manera crítica y creativa (perfil BE) es una necesidad
que en este mundo moderno globalizado, el estudiante adquiera destrezas de pensamiento
crítico, desde la educación como un todo, que le permitan el acceso a cualquier
conocimiento disciplinar con autonomía, calidad, criterio y argumentación
necesaria para que dicho conocimiento no solo sea un cúmulo de información,
sino más un saber qué hacer con la información, dónde informarse, cómo solucionar
los problemas que a diario le acompañan, con seguridad y claridad conceptual,
aplicando el razonamiento lógico, crítico y complejo.
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